martes, 23 de octubre de 2018

EL HOMBRE SENTADO



Mientras estaba sentado en el suelo, parecía un hombre en espera. Unos eran porque el alcohol hizo mella en sus extremidades inferiores otros descansan de su jornada laboral y otros ocian, simplemente.
Juan se encuentra en la tercera suposición, tiene una visión de la plaza bastante buena y es una perspectiva diferente a la que se puede tener en este lugar. Al estar en una posición inferior puedes ver la mirada caída de la mayoría de las personas que por allí pasan, pero a pesar de ello, se sienten superiores, porque siempre existe alguien que esta peor, aunque sea una posición de descanso, no ha elegido un banco o las sillas de las terrazas de loa diferentes bares. Los perros pasan cerca de él como molestando su paso a su zona donde orinar.
El sol de la mañana trasmite el calor necesario para quitar la humedad de la lluvia dela última hora de ayer. Un cartón fue el aislante elegido para no terminar con humedad, doblado varias veces hacía una almohadilla casi perfecta para su descanso. Pronto un barrendero le interrumpió pero ni siquiera le pidió levantarse. Las hojas no habían llegado a esa zona. Una mujer de avanzada edad con ganas de hablar, comenzó el interrogatorio. Pero Juan no estaba para hablar solo para observar, por ello sus contestaciones fueron muy secas, monosílabos. La mujer pronto abandono el lugar.
Era un elemento discordante en la aquel lugar, si hubiera sido por la tarde, la cosa seria diferente, pasaría desapercibido. Pero era por la mañana y los paseantes eran casi habituales. La cosa cambiaba.
En un momento extrajo una botella de plástico de su abrigo y se roció, el litro y medio de aquel liquido verde impregno su ropa, pelo y manos. Un mechero prendió acabo girando en el suelo.

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