miércoles, 30 de diciembre de 2015

LA INTUICIÓN DE JULIA




Juan sale con Julia, su mujer van camino a un paseo por la sierra cercana. Han cogido lo que creen necesario para su paseo, que durara todo el día, prendas de abrigo y de lluvia, por si acaso. Nos pasamos la vida por si acaso para que el pánico, llegado el caso, no nos deje desarbolados.

Eligieron las cosas y la comida para que entraran en sus mochilas, los palos, de senderismo están adosados a los laterales de las mismas.

Han salido temprano, de tal manera que no adivinan el día que les deparara.

Julia consulto por Internet, pero una cosa es la previsión y otra lo que encuentras tras una ráfaga de viento. Toman el primer tren de la mañana y no son únicos, los que han elegido ir, otros grupos llevan el mismo destino. Con conversaciones altas para mostrar su estado de animo.

Juan casi susurra las palabras a la cara de Julia. Como estableciendo un circulo mas cerrado y, aprovechando Julia entorna los ojos buscando el sueño perdido. Las palabras del resto de viajeros siguen siendo altas.

Al pasar una hora llegan a su destino. Todo el mundo recoge sus cosas para salir lo antes posible del vagón. Curioso que lo que sera un paseo siga convirtiéndose en una competición. Evidentemente no sabemos dejar situaciones y nos movemos por inercias.
En la puerta de salida, nuevos grupos, que llegaron en coches, se unen a los llegados y con el siguiente objetivo, desayunar. Esto hace que el camino se veo vació y deja el mismo ancho y apetecible. Un aire fresco recuerda donde están y las gotas del roció impregnan las botas.

Van caminando en una charla animada hasta el primer desvió, donde surge la duda. Pero, la intuición de Julia es clave para tomar la derecha. 

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