El día de la boda llego, fueron
doce meses de preparativos, para Ana era un paso decisivo en su vida. Va a ser
la protagonista de su unión con Juan, con el que lleva saliendo tres años.
Adquirieron un piso, con una hipoteca demoledora a quince años. A pesar de que
recibieron ayuda de sus padres, tienen una letra importante todos los meses.
Amueblaron su piso y lo decoraron a su gusto, previo consenso de todo lo que adquirían.
Sus amigos fueron todos invitados
y todo parece estar listo para ser un éxito.
Ana no es una persona atractiva físicamente,
unos dientes salientes y unas enormes gafas afean bastante. Sus amigas han
aprovechado para buscar conjuntos deslumbrantes, para su propia exhibición. Dándose
cuenta que encumbrarían a su amiga, en teoría, la protagonista de la boda.
Nada más llegar a la ceremonia eclesiástica.
Ana se ve deslumbrada por sus amigas que también han elegido vestidos en los
diferentes tonos de blanco. Lo habían acordado y era difícil distinguir a la
novia entre tantas novias, solo porque se bajó del coche decorado para la
ocasión.
Todos los invitados se dieron
cuenta de que sus tres mejores amigas eclipsaban a la protagonista. Las miradas
iban en torno a sus amigas, que hastw portaban ramos en sus manos, que compartían
con sus novios.
Al llegar al lugar de
celebración, Ana fue al servicio para llorar, solo fue advertido por su madre
que fue a serenarla y decirla lo guapa que estaba. No fue suficiente y por su
cara había rastros de lágrimas perdidas.
Juan se entera de lo que ocurre y
se levanta de la mesa nupcial y se dirige hacia las amigas de Ana y las invita
a que se marchen. Abandonan el local, con el tumulto consiguiente, que crece a
voces. Refle
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