lunes, 8 de febrero de 2016

MARGARITA LA CONDUCTORA



Margarita tiene setenta y cuatro años, se siente una madre coraje, pues a su cargo tiene una hija con retraso mental, que come compulsivamente, lo cual hace que su volumen sea enorme, inmanejable.
Tiene tres casas una en Galicia, de donde procede, otra en Murcia y la suya en Madrid.
También posee un coche que se remonta a los treinta y cuatro años. Su mayor preocupación es que a la hora de renovar su carnet de conducir solo se lo quieran renovar por tras años, ella quiere que sean cinco años, para poder renovar hasta los setenta y nueve años y así renovar otros cinco años antes de llegar a los ochenta. Cada uno tiene unas prioridades, está claro que Margarita tiene las suyas, sabe que le hace falta la autonomía automovilística para poderse trasladarse con su hija. Donde hay novecientos kilómetros entre los dos puntos más distantes don están dos de sus casas, más lejanas.
Sus reflejos quedan un poco al lado, ella sabe que lo puede hacer, por eso lucha por su necesidad de poder seguir con su vida. Quizás no asumir que la edad crea un deterioro físico, este detrás de los comentarios hacía esta mujer.
Sabe que no puede coger más de ciento veinte kilómetros por hora. Y que a lo mejor la ha cogido un radar. Su mala orientación la ha llevado a adquirir un navegador, que la orientara a la hora de llegar a su casa sin tener que recurrir a un taxista para llevarla hasta su casa, lástima que en los túneles se pierda y no consiga, encontrar su destino tras horas de conducción, solo interrumpidas por echar gasolina y tomar un café, que tenga la cabeza despejada y no dar una cabezada frente al volante.

No vende su coche porque va bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por participar en este blog.