En la última casa,
al pie de la montaña, vive Manuel afortunadamente no tiene cuestas
desde su casa al pueblo que cada vez se encuentra más deshabitado,
solo en el verano se acuerdan de él sus vecinos y regresan
masivamente. Hasta sus dos bares comienzan a funcionar hasta mediados
de septiembre cuando se empieza a sentir el otoño y es tiempo de
cerrar y volver a las grandes ciudades donde hay más oportunidades
de trabajo y de ocio. Pero Manuel ha conseguido vivir todo el tiempo
a pesar de las heladas y las nevadas que llegan ha dejar el pueblo
aislado. Necesita poco para seguir allí, Tres casas con gente mayor
aguantan la degeneración de la edad, el centro de la interpretación
de la naturaleza solo lleva a su funcionamiento desde la primavera
hasta el primer otoño. Luego se cierra y prácticamente desaparece
la aparición de visitantes. En este último otoño; Manuel conoció
a Virgi. Que le entusiasmo la vida en ese paraje y se reincorporo a
su vida, llenándola de aprendizaje y comunicación. Juntos
decidieron tener unas cabras y elaborar queso, que les permitiera
subsistir en un medio tan hostil. Gracias a Internet han conseguido
consolidar su negocio y hay posibilidad de que nuevas personas se
adhieran a él. Pronto encuentran el sistema para que que casa
abandonadas sean cedidas para nuevos colonos se incorporen a la vida
en un pueblo condenado a desaparecer. Virgi ha sido como un renuevo,
Manuel se estaba estancando, su nueva casa dotada de todas las
comodidades le estaba aislando, salvo con las familias estables.
Mediante pactos con las administraciones ha conseguido que un buen
numero de parejas se acerquen para poder desarrollar su vida. Incluso
fijan una fiesta para la llegada del otoño. Algo se mueve en torno a
sus vidas, que bien.
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