Junto
a la habitación, hay un espejo, en el cuarto de baño hay otro. Al
pasar junto a él te veras reflejado esto es una ley física. Pero
resulto que una vez leyó, Que aquello que no te gusta de los demás
es un fiel reflejo de ti mismo. Gran similitud con el espejo. Marta
le da muchas vueltas a este comentario y trata de demostrar que eso
no es así. Pero según va buscando, la frase comienza a tener más
razón.
Marta
es una chica muy entusiasta y comprende que este descubrimiento debe
de divulgarlo, pero se encuentra el mismo rechazo que ella misma
había visto. Nadie le gusta ver lo que no le gusta en si mismo y por
ello se atribuye a los otros. Buena manera de quitarse la culpa y
diferenciarse. Comprende que así, ella se vuelve, más tolerante
porque todos somos humanos y llegamos a diferenciarnos solo en
nuestras acciones, en cuanto a los esquemas mentales, hay menos
diferencias. Marta siente que esto te acerca a los demás, no te
aleja. Es una manera de dar la vuelta a la tortilla, esa que por un
lado se quema y por otro queda cruda.
Por
otro lado le llego la frase “la vida es como un eco, lo que das
recibes”. De la misma manera entiendo el espejo, como esos dos que
se encuentran en su hogar y solo le han valido para poder acicalarse
o ver un defecto corporal.
Su
labor entusiasta, hace que lo lleve a la vida como reflexión, una
vez mas, personal y de todas aquellas personas que comparten su vida.
Esto la hace aparecer como una persona escenificar, esa que llega a
cuestionar lo establecido y con la necesidad de ahondar mas en las
cosas. Marta sigue demostrándose que es cierto.
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