viernes, 9 de febrero de 2018

LA LLEGADA DEL TEDIO



Juan y María han llegado a una fase de tedio, parece que se lo han contado todo y ya no hay más estimulo. Por ello han cambiado a una nueva actitud, la persona con la que conviven se convierte en un estorbo, un enemigo.
Los diálogos se trasforman en reproches. Las palabras suben su volumen, como queriendo marcar un espacio.
La convivencia se deteriora, solo les acerca la edad y los achaques físicos.
Dejaron de visitar a amigos y familiares por las discrepancias que generaban, como consecuencia les lleva a un aislamiento con el a gravamen que el tiempo climático les recluye más en casa, tanto si hace calor como si el frío es el reinante. Buscan en las salidas para hacer los recados de la casa el estimulo para no ver a su compañero.
El carácter se va resintiendo, ambos se hacen huraños. Pero la edad les evita tomar decisiones. Los hijos viven en otras ciudades con lo cual no tienen contacto, salvo el telefónico, sobre todo realizado por María.
José apenas sale de casa y pasa múltiples horas frente al televisor. Olvido sus revisiones medicas y toma la decisión de esperar la muerte, por supuesto, sentado en su butaca.
María realiza las funciones básicas de la casa, pero va dejando de hacer comida para dos. Elabora la suya para forzar a su marido a realizar otra tarea que no sea la espera.
Pero la muerte no tarda mucho en llamar a la puerta y busca a la figura masculina. El corazón pierde su ritmo e ignora reencontrarlo. Un médico certifica la defunción.
Ahora María se ve motivada y liberada, con lo cual, quiere recuperar el tiempo perdido.
El entierro tuvo poca asistencia, todo el mundo se había olvidado de él.
El seguro se ocupo de todos los tramites.


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