Juan
recibe su regalo, envuelto en una bolsa roja. Siempre se piensa que
contra más grande sea el paquete, mayor estima es de los que
realizadores. El suyo es mediano, luego tiene un cierto prestigio.
Pero una sorpresa tiene que llevar cierto misterio. Las cajas de
contenido se van desechando. Para llegar a la última que contiene un
libro muy fino, reflexiones en letra grande para no olvidar. Escritas
por un sabio hindú, tan concisas como ejemplares.
Una
sonrisa envuelve a Juan. No tarde en leer una que abre al azar. No
tarda en memorizar y trasmitir a sus amigos. Sabían de su acierto,
pues es una edición antigua descatalogada de las librerías. Solo en
una tienda de libros de segunda mano, lo encontró Juana, enseguida
le llegó a la cabeza, su amigo Juan, su masculino de nombre. Comento
con sus amigos y lo envolvieron en un pañuelo de seda blanco. Como
si de una joya es.
Olvido
los otros regalos, disculpando su acción, pero es un deseo no
cumplido y su amiga ha acertado plenamente.
La
velada trascurre leyendo relatos y los comentarios que surgen de los
mismos.
Solo
treinta y ocho páginas de reflexión son una llave para abrir las
diferentes situaciones en las que encontrarte en la vida. A sus
amigos les puede parecer mundano pero cuando te encuentras una cadena
con un candado que te impide seguir, una llave que te permita abrir
ese obstáculo. Haciendo desaparecer la barrera, te llena de fuerza.
Así se siente Juan, arropado con sus amigos. Abre el resto de
regalos y agradece el interés por ellos. Pero sus ojos se trasladan
una y otra vez al libro con su pañuelo de seda blanco.
Hipnotizado
hace referencia a la búsqueda por tanto tiempo del mismo y la
casualidad o causalidad llega.
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