jueves, 14 de diciembre de 2017

LA ESPERA DE LA ARAÑA





De animales, podemos aprender muchas cosas que pueden ser extrapoladas a nuestro genero. Como la espera de una araña a que llegue su presa y se enrede con la tela pringosa por ella elaborada. No tiene tiempo, ni su aparato digestivo le producirá una sobrecarga de ansiedad o tensión. Llegar el momento, en el cual, otro insecto caerá en sus redes y se podrá alimentar. Nosotros dotados de un intelecto superior conseguimos, en una situación análoga, Desesperarnos e incluso, si ha trascurrido muchos días ir a otro lugar y comenzar la nueva elaboración.
Ese conocimiento que nos hace elaborar o racionalizar escenas, presentes o futuras, puede llegar a ser nuestro enemigo. En esa creación podemos desesperarnos, deprimirnos o actuar violentamente contra todo, perdiendo nuestro control.
Nuestro cerebro marca unas prioridades y estas. no se pueden saltar por ello nuestro comportamiento se vera influido por ello.
Los animales también tienen prioridades como la de supervivencia pero su cerebro no desarrolla mas comportamientos como puede ocurrir en el hombre. Estudiar como conocernos mejor va implícito a la observación de la naturaleza, ella es la llave del comportamiento nuestro, en ese aprendizaje, podemos aprender como superar sensaciones o sentimientos que creemos no poder modificar y como consecuencia recurrimos a la industria farmacéutica para solucionar ese aprendizaje. Una simple hormiga, una brizna de hierba nos pueden enseñar mucho porque son parte de nuestro entorno de nuestra conciencia universal.
Vivimos una época de prisas, tenemos el síndrome de no perder el tiempo, para cuando lo tenemos no sabemos como emplearlo. Mientras la araña, agazapada en un rincón, espera la llegada de una presa para poderse alimentar. No necesita saber la que ocurre en su país para esperar su momento. Nosotros seguimos corriendo y nos sentimos superiores, a la vez nos inoculamos veneno.

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