Juan siempre quiso ser un ejemplo
para los demás. Cree estar en posesión de la verdad. Como si le hubiera sido
revelada, para él, en exclusiva. Su vida se orienta hacía ella y, como un
monje, tiende a desarrollarla, aunque tenga que prescindir de los placeres de
ella. Tiene un fin en su existencia y por ello no puede distraerse, en
menudencias. El objetivo es lo más importante.
Por ello, a veces parece que esta
luchado con las olas que le vienen de frente. No se cansa, se siente adalid de
sus principios y por tanto lucha por ellos, contra todo y contra todos, que ven
las cosas de otra manera.
La vida le unió con Julia, mucho
más flexible y disfrutadota de los placeres que día a día le concede la vida. Ella
es capaz de ensimismarse ante un árbol durante horas. Juan simplemente lo ve
una perdida de tiempo. Pero también la ha acompañado a parajes donde intenta
sentir lo que ella siente.
Pero la quietud que debe tener,
la racionaliza en algo más parecido a desviarse de su camino. Aunque no
reconoce las sensaciones que Julia expresa, no ceja en el empeño de aprender. Motivo
de apertura en sus posicionamientos. Ver como una pequeña rama se vence con el
peso del pequeño pajarillo y la hace cimbrearse. Y como en unos segundos vuelve
a su posición normal. Contemplar escenas tan banales, le empiezan a ver las
cosas de otra manera.
Poco a poco el espíritu guerrero
va dejando espacio a otra manera de ver las cosas. Juan va notando una liberación.
Reuniones con amigos en conversaciones banales, van teniendo una sensación de
liberación, de disfrutar lo que tiene a su lado. Sin necesidad de ir más lejos.
Su armadura va cayendo para
mostrar un cuerpo entumecido, rígido.
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