miércoles, 8 de marzo de 2017

LA FLAUTA TRAVESERA






Mateo descubre su pasión por la flauta travesera. Compro una de segunda mano.  Se apunto a aprender su funcionamiento con un flautista que ofrece cursos a quien quiere. Lo hace en un local insonorizado para no molestar a sus vecinos.
Con sus ahorros hizo su sueño, aprendiendo las primeras formas, la postura y a distinguir notas que  den paso, al aprendizaje de la música.
Después del trabajo acude a este lugar y con otros tres jóvenes comienzan a dar las primeras notas, tan monótonas como esenciales. Va tres veces en semana, pero quiere aprender lo más rápido posible, por tanto, pide a su profesor si puede ser todos los días. A lo que acepta.
Cuando llega a casa limpia con una gamuza el cromado y lo hace con tal gusto que llega a sentir el instrumento como un medio de su vida.
Busca partituras en Internet y los fines de semana se va al campo, con su mochila y comida. Bajo un árbol da los acordes repetidos, hasta alcanzar el tono necesario. Repite una y otra vez para buscar la armonía.
Las horas le pasan rápidamente.
Hace su trabajo, pero su pensamiento esta en ir al instructor para preguntarle dudas. Esté se da cuenta de la impaciencia de Mateo y le comenta que los primeros pasos los tiene dados ahora solo es practica y decisión, sin miedo a equivocar, pues de esos errores sale una música más precisa.
Cada vez que sopla, la misma, siente que algo suyo esta dando a esa armonía. Sus pulmones sienten la sintonía y su piel tiende a vibrar de igual forma. Consigue el equilibro del viento expulsado por su boca y la forma en que las manos se mueven entre las teclas. Está entusiasmado y cree haber encontrado el equilibrio necesario en su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por participar en este blog.