Se conocían tanto, Juan y Manuel,
que a veces no intercambiaban palabras, sino solamente un gesto es necesario
para entender la situación. Esto les da una gran complicidad y entendimiento
mutuo, lo cual les ha valido para sacarse de situaciones embarazosas. Pues era
como si sus mentes estuvieran conectadas. Pero esto lo hacían cuando estaban
con alguien. Cuando eran ellos los actores intercambiaban muchos datos, validos
para entender la manera de pensar de cada uno.
No eran pareja pero tampoco la
deseaban, pues es encontrar el apoyo mutuo, necesario para sentirse fuertes.
Pero a Manuel le surge una oferta
de trabajo fuera de la provincia. Se lo notifica a Juan. Y comienzan a salir
los miedos, todo va a cambiar. Pero entienden que pueden seguir sus charlas a
través de las tecnologías y una vez al mes ir a verse coincidiendo con algún
fin de semana o fiesta. Más tranquilos buscan vivienda en el nuevo destino y
van a ver, ambos, la nueva ubicación.
Primero van a ver donde el
trabajara y el radio de búsqueda. Está en un polígono alejado de la ciudad,
pero con transporte público. Han quedado par visitar dos viviendas y pactan la
segunda que ven. El alquiler no es muy desorbitado y el barrio tiene cierto
atractivo, por tener un bonito entorno. Dos habitaciones que se sortean, a
pesar que quien va a vivir es Manuel. Comprara unos colchones nuevos y
aprovecharan lo que tiene en su ciudad.
Alquilan una furgoneta y hacen el
traslado en la siguiente semana, pues el lunes tiene que reincorporarse a su
nuevo destino.
Disfrutan de su nuevo destino, tras
haber colocado las cosas. Pero algo en Juan dice que se esta terminando la
sintonía entre ambos. Aunque parezca que todo seguirá igual. Las vivencias
comunes serán menores.
Juan regresa…
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