Ana es una mujer luchadora, ahora
relegada a la función de ama de casa, cosa que nunca la ha gustado, pero sus
dos embarazos y la perdida de empleo,
gracias a una compañera del mismo. La han llevado a esta situación.
Su animo esta bajo, no es lo que
desea pero sin darse cuenta la refleja a todas las personas a su alrededor. Sus
hijas perciben la vibración de su modelo, son muy pequeñas, pero lo manifiestan
en forma de llanto, ello lleva a una respuesta peor. Donde la irritación y la pérdida
de la calma, es la moneda de cambio.
A veces, Ana, se siente anulada
como mujer y por tanto representa un papel que no le gusta, con ello tiene la
respuesta de su pareja en forma de irritación.
Buscando quien fue primero el
huevo o la gallina, van pasando los días y el problema se va cronificando.
Ana ha entrado en un pantano que
la única salida parece estar al frente del mismo, ello conlleva estar en
tierras farragosas.
Curiosa manera de pensar, que
ocurre en general a todas las personas, pensar que la línea recta es la más rápida.
Por ello la que se suele elegir, generalmente.
Ana tiene síntomas físicos de
cansancio, pero sobre todo es el llevar una vida que no es la elegida por ti. Ese
estado es la perdida del control sobre ti, vives una obra de teatro de
personajes, pero no de personas.
Ana por fin para en su andadura
por tierras cenagosas y quiere tomar el rumbo de su vida, dejar de hacer lo
andado hasta ahora y encaminar su rumbo en su propio destino.
Hace tiempo debía haberlo
realizado pero nunca es tarde para no seguirse equivocando hacía un destino
incierto, con consecuencias indeterminadas, pero sobre todo no suyas.
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