viernes, 24 de febrero de 2017

EL ÁRBOL Y EL JUNCO





Si cogemos a dos personas y les preguntamos su realidad en este mismo momento, aun estando en el mismo espacio y tiempo. Sus comentarios serán totalmente diferentes. Ellos están contando su verdad, pero sin embargo difiere. Si aumentamos el número de espectadores también varía la misma, con lo cual querer imponer una que sea unánime será una faceta perdida.
De la compresión del hecho nos hace dejar de ver como la verdad única, para convertirse en variada, aumentando con la mayor cantidad  de personas
Esto hace que la rigidez que aparece en nuestros pensamientos, en nuestra manera de ver las cosas, se transforme en flexible. Ya no es necesario recurrir a la defensa numantina de nuestras ideas.
Comprobar la flexibilidad del junco frente a la rigidez del gran árbol, ante los vendavales. Es un símbolo de no tener que emplear un montón de energía para intentar ser uno mismo. Se es vegetal tanto siendo débil junco, como recio árbol. Que uno luce más que otro es cierto pero ante cualquier catástrofe muestra mayor defensa y adaptación el caso de la flexible varita.
No es necesario llenarse de oropeles, como en los carnavales, para ser más admirado, El ser uno mismo con está capacidad de adaptación, siempre es mejor que la otra, duradera durante un corto periodo de tiempo, pero luego  transformase en innecesaria y por tanto pesada. Como si de una losa se tratase.
La ligereza es más importante que la defensa de algo, que se puede o no estar equivocado, pero no argumento para quedarse anclado. Pues al final crea una rigidez que se vera reflejada en nuestras articulaciones, como consecuencia de nuestra manera de ser y pensar.
Nadie esta en posesión de la verdad, pues cada uno tiene la suya propia, dependiendo de su aprendizaje y su pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por participar en este blog.