Si cogemos a dos personas y les
preguntamos su realidad en este mismo momento, aun estando en el mismo espacio
y tiempo. Sus comentarios serán totalmente diferentes. Ellos están contando su
verdad, pero sin embargo difiere. Si aumentamos el número de espectadores también
varía la misma, con lo cual querer imponer una que sea unánime será una faceta
perdida.
De la compresión del hecho nos
hace dejar de ver como la verdad única, para convertirse en variada, aumentando
con la mayor cantidad de personas
Esto hace que la rigidez que
aparece en nuestros pensamientos, en nuestra manera de ver las cosas, se
transforme en flexible. Ya no es necesario recurrir a la defensa numantina de
nuestras ideas.
Comprobar la flexibilidad del
junco frente a la rigidez del gran árbol, ante los vendavales. Es un símbolo de
no tener que emplear un montón de energía para intentar ser uno mismo. Se es
vegetal tanto siendo débil junco, como recio árbol. Que uno luce más que otro
es cierto pero ante cualquier catástrofe muestra mayor defensa y adaptación el
caso de la flexible varita.
No es necesario llenarse de
oropeles, como en los carnavales, para ser más admirado, El ser uno mismo con
está capacidad de adaptación, siempre es mejor que la otra, duradera durante un
corto periodo de tiempo, pero luego transformase en innecesaria y por tanto
pesada. Como si de una losa se tratase.
La ligereza es más importante que
la defensa de algo, que se puede o no estar equivocado, pero no argumento para
quedarse anclado. Pues al final crea una rigidez que se vera reflejada en
nuestras articulaciones, como consecuencia de nuestra manera de ser y pensar.
Nadie esta en posesión de la
verdad, pues cada uno tiene la suya propia, dependiendo de su aprendizaje y su
pasado.
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