lunes, 6 de febrero de 2017

LA CARRERA PARA COGER EL AUTOBÚS






Cuando el autobús iba a iniciar su marcha, aparece Ana corriendo, el conductor se percata y para, abriendo la puerta. Ana con la respiración contenida da las gracias. Hoy parece que llega tarde a todos los sitios, pero no al transporte. Trata de coger el resuello apoyándose en una de las barras circundantes.
Menuda carrera te has dado, le comenta el vecino de barra.
-Si pensé que no le cogía, fue su respuesta.
-Hoy ha tardado un poco más de lo normal.
Ana comienza a trastear con su teléfono móvil, como queriendo dejar zanjada la conversación. Pero su interlocutor no lo entiende así. Sigue relatando porque ha sido el atasco. Ana le mira como agradeciendo la noticia pero sus ojos vuelven al aparato.
-Pues has tenido suerte porque otro conductor ni te para.
-Si la verdad es que si, pero no vuelve a mirarle, para ver si se da cuenta.
Sigue con su monologo. Ana aprovecha un momento que sale gente para ir a ocupar un asiento en las últimas plazas.
Parece que se ha librado de una conversación que no quería. Pero un par de paradas y el asiento a su lado queda vació, mientras el señor se dirige enfilado a ocuparlo.
-Te estaba hablando, es de mala educación dejar a alguien con la palabra en la boca.
-Perdone pero usted hablaba conmigo yo no tengo que seguir escuchando, banalidades.
-Pero que te has creído mocosa, aumenta el tono de voz.
-Por favor le ruego que me deje en paz, levantándose para ir a otro asiento en la parte de adelante. Mientras la sigue increpando por su desaire, busca oyentes para seguir aduciendo pensamientos.
Por fin llega su para y se baja mientras observa al hombre mientras ejecuta un movimiento con el dedo anular.  Razón para seguir desbarrando dentro.

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