miércoles, 8 de febrero de 2017

LAS PELÍCULAS Y LIBROS DE AVENTURAS






Juan ha visto tantas películas de aventuras, ha leído tantos libros de las mismas que le surge una duda. La vida que lleva es anodina. Esta manera de ver las cosas le lleva a un sentimiento frustrante de todo lo que le rodea.
He hecho viajes para sentir ese sentimiento, pero lo más que ha conseguido es ser un turista.
Se ha metido por senderos en busca de esos alicientes, que le permitan encontrar ese espíritu motivador.
Juan busca el sentido de su vida, desplazándose por ver vidas totalmente extrañas a la suya propia.
Un día va a un parque y se sienta en un banco, recibiendo el sol invernal. Un hombre mayor se agacha frente un matorral y permanece durante diez minutos observando el arbusto.
Intrigado espera que se vaya para ir a observar a que prestaba tanta atención. Cuando se levanta el hombre, se levanta como un resorte y va al mismo lugar. Tras una mirada general, ve una pequeña flor morada de un color muy intenso. Es muy atractiva, pero haber mantenido la atención durante tanto tiempo, le parece excesivo. No entiende el interés mostrado por esa persona ante una minúscula flor.
Pero Juan acaba de entender que la visión de otras personas, difiere, en mucho a la nuestra. Y para ese señor la aventura es contemplar la belleza de una flor fija en el seto de un parque. Redescubre una manera de ver las cosas diferente a todo lo que ha acumulado en su interior, de lectura y visionado de películas.
Ese hombre contemplando la naturaleza de su entorno, sin la necesidad de ir a países exóticos. Es la señal para comprender la visión de la vida, de otra manera a la creada por el mismo.
A la mañana siguiente, a lo mejor, copia la postura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por participar en este blog.