martes, 7 de febrero de 2017

EL MIRA OBRAS






Juan quedo jubilado al llegar su edad cronológica. Él ha trabajado siempre, quizás por no estar en casa.
A su mujer le molesta que este en casa, es su territorio, creado en horas y horas de soledad. Por ello le empuja a salir a la calle. Juan no esta acostumbrado a vagabundear. Pero si a madrugar, por ello tras tomar el desayuno sale a la calle de mala gana. Recorre el barrio pero no encuentra sentido al ocio.
Intenta con otro compañero hacer algo en que estar ocupado, formar una oficina para llevar papeles, pero en seguida les dicen que no lo pueden hacer al estar cobrando una pensión. Tampoco ha fomentado las amistades, por ello también está aislado.
Cansado de dar vueltas, un día descubre una actividad muy ligada a los jubilados, se trata de mirar obras, tarea en la que ocupa buena parte del día. Observando como se colocan materiales nuevos en vez de los deteriorados, los obreros se sienten vigilados ante tantas miradas de personas apoyadas en las vayas, como si registrasen su labor. Hasta hacen comentarios de cómo debe hacerse su labor, cosa que ya importuna. Uno de ellos les dice: les gustaría que en su trabajo, de antes, estuvieran siendo supervisados por personas que ni sabes si tienen conocimiento.
Un murmullo es la respuesta y hasta la retirada de algunos miembros de la comisión observadora.
Juan regresa a la hora de la comida y cuando la tarde cae, sustituyendo su tarea por observar televisión, a penas existen diálogos con la mujer.
El tedio se apodera de ellos, pero Juan ha encontrado que su vida ahora es la de observación, ya sea en la calle o en la evolución de un edificio en construcción.
El nuevo día se abre, pero los colores son los mismos siempre.

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