martes, 9 de agosto de 2016

EL MENDIGO




Cuando Juan ve a algún mendigo, piensa en un desheredado y le siente como un ser marginal. Es decir que no está en su circulo, por ello marca una distancia.
Hoy Juan, va a emprender un viaje con su bicicleta, último modelo, dotada de todas las innovaciones, menos de una tiene que dar pedales. La suma de dinero para adquirirla ha sido muy amplia. Mete la bicicleta en su coche y va a un paraje desértico de la geografía, ha puesto sus alforjas para hacer noche en el campo, ropa y comida suficiente para emprender su aventura, si hubiera pérdida, su teléfono le sacara del apuro.
Comienza su aventura a lo largo del cauce seco de un rio, lo sigue y avanza a buen ritmo, hasta alcanzar la distancia de sesenta kilómetros, ya esta suficiente separado de la civilización y busca un lugar donde pernoctar y poder comer. El camino ha estado lleno de piedra suelta y es en esté último tramo cuando rompe su rueda delantera. Cualquier avería lleva material para solventarla pero la fractura no esta prevista. Busca una cueva y mete la bicicleta y dispone para afrontar la noche. Mañana tendrá que pedir ayuda para el traslado. Estando sentado aparece un hombre con ropas raídas y le saluda, le indica que no se quede allí pues hay muchas serpientes. Juan, remiso a hablar, le cuenta lo sucedido. Este hombre le invita a dormir donde el lo hace. Entre los dos trasladan las pertenencias y descubre como este hombre ha elegido vivir allí, sin ninguna comodidad, pero ha dado todo cuanto posee. Incluso el agua que extrae de un pozo para asearse.

Juan comienza a replantearse su manera de pensar, y disfruta de su compañía, aprendiendo. Al día siguiente, tras lanzar las coordenadas un vehículo  vendrá en  ayuda.

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