lunes, 30 de mayo de 2016

EL PARTIDO DE FUTBOL




Juan sale a la calle como un espectador, que quiere ver el comportamiento de otras personas ante determinados hechos. No encuentra el sentido, en si, de la celebración, como ante un acto deportivo. La gente se siente alienado hacía uno de los participantes, para ello se colocan camisetas afines a su equipo, se sienten parte del mismo. Sobre todo de sus victorias, si se habla de las derrotas la culpa siempre sera de otros. Por ello necesitan estar en un grupo y cuanto más numeroso sea, mejor. Camisetas, banderas, cualquier signo identificador con el equipo, es suficiente para encontrarse grandes, un reloj, el himno de llamada puesto en el teléfono móvil, sera suficiente para ser parte del grupo, contra más personas se unan a él, mejor, así tendremos la seguridad de haber elegido bien.
Si lo extrapolamos a la política, también ocurre el mismo efecto y que mejor que si es a la marca de tabaco, de alcohol y cualquier cosa que nos acerque a otros, aunque sea en el consumo.
Al cruzarse con grupos que no son afines, intentan poner su cara de descontento, la molestia de tenerles cerca. Son personas con las que no compartes, olvidándose que ingieren el mismo agua, respiran el mismo aire y hasta comen las mismas cosas, aunque sea de forma diferente.
Juan es consciente de todo esto, quiere conocer el lado divertido o el de la sinrazón, del comportamiento humano. En su principio de encontrar lo que te diferencia con las demás personas.

El aislamiento es cada vez mayor y sin embargo seguimos levantando paredes, Juan así lo siente, pero no logra encontrar la razón última de este comportamiento, tan aislante e individualista, en un hombre que necesita de la sociedad para poder vivir. Desde abrir el grifo de agua hasta poder comer.

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