domingo, 10 de abril de 2016

LOS NERVIOS DE JUAN






Juan sale a la calle, hoy tiene que resolver varios asuntos, fuera de su trabajo. Por ello su sueño no ha sido todo lo reparador que hubiera querido; tomo una ducha esperando recuperar la tranquilidad que producen las gotas de agua, pero no lo ha logrado, un sentimiento de cansancio llega a sus articulaciones. Al ser dos tareas diferentes, hace que le cree la suficiente inquietud, para encontrarse nervioso. En la primera tiene que pedir salir una hora antes, en la sección de recursos humanos, lo cual le conlleva un examen, del que no le saldrá gratuito. Se olvidan de las horas que está trabajando fuera de su horario laboral y ni siquiera cobra la palabra “gracias”. Solo caras largas que quieren demostrar el enorme favor que le están ofreciendo por el tiempo no trabajado.
Juan elude pedir favores, pero esté no tiene más remedio. Quizás por ello su descanso no ha sido bueno. Su cabeza se resiste.
Al llegar a la oficina encamina sus pasos hacía el mentado departamento, donde siempre están llenos de trabajo. Se dirige hacia la mesa para proponer su solicitud, y los mecanismos que había recreado en su mente, se producen uno a uno, no hay que ser un vidente para notar que, en su empresa se comportarían de esa manera. La tensión se refleja en su cuello y sus hombros se resienten. Lo achaca a que ayer debió de coger frio. Pero el dolor se va agudizando, impidiendo el movimiento del cuello. Su mano la lleva al mismo con la intención de darle calor y un masaje tranquilizador. Cumple el horario y a la hora solicitada tiende a partir, pero el agarrotamiento es tan fuerte que, hasta bajar las escaleras produce dolor. Hoy tiene que volver a casa en busca de descanso y calor.

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