LA EXISTENCIA

A veces si tienes la intuición de que algo te ayuda, te encuentras muy seguro; los miedos no tienen cabida. Esta sensación tiene Lourdes. Ella lo denomina la existencia y ella le provee de todo cuanto necesita. Sabe que tiene que ayudar a ciertas personas, que ella no conoce; a cambio recibe lo que necesita para vivir y viajar.

Al tener esa seguridad, la vida la contempla de otra manera, al resto de mortales. No necesita juntarse con nadie, puede ir acompañada, pero conoce que ella tiene que realizar su camino, su andadura, su vivencia, su aprendizaje.

Cuando necesita algo y es difícil de obtener, fija los ojos en los del interlocutor y solicita esa cosa. Curiosamente, lo que parece imposible ha dejado de serlo y se convierte, por arte de magia, en posible. Ella ha dejado de extrañarse y ya le parece jocoso, convirtiéndolo en una anécdota. Ejemplo de lo que podemos hacer todos, ella no se encuentra envuelta en ningún manto áurico.

Lourdes ha huido de sectas, congregaciones que creen haber llegado a una parte del todo, cuando en realidad están con las migajas, pero hay mucha gente que se conforma con ellas, para no tener que seguir más en el camino, como si les hubiera llegado un cansancio feroz.

Comparte sus experiencias con quien quiere oírlas, no necesita buscar quien quiera oírlas, pero la experiencia propia vale más que cualquier ejemplo, pues son personajes etéreos, que no se conocen de su existencia, por eso les lleva a ser abstractos y por tanto difíciles de ser tomados, como algo real. Ella dice en primera persona los acontecimientos que ha tenido en su vida. Ese pasaporte hace comprender un poco mejor los pensamientos que ella expresa, ya las personas identifican el país y pueden iniciar la comprensión que relata.