lunes, 4 de abril de 2016

EL SILENCIO






El silencio llega como un telón que se cierra, en un teatro, el teatro de la vida. Con  él llega la incomodidad. El nerviosismo del enfrentarse con tu tiempo.
Una vez llegado surge la idea de la huida; como si fuera la solución a las cosas. Te comienza a picar partes de tu cuerpo, con las que pretendes ajustar cuentas.
Juan se encuentra en esta situación, ahora que esta con su mujer, Margarita. Es el momento donde parece que te has contado todo y ya sabes todo, de tu pareja: sin saber cómo ha llegado el tedio. Ese invitado que te hace sentir mal, en el cual prefieres estar solo a compartir tu vida con otra persona.
Margarita ha llevado un proceso similar y por ello, también ha renunciado a luchar por seguir estando en comunicación. El invitado llega con todo su esplendor y se aloja allí, donde es bienvenido.
Inicia su llegada con el silencio para seguir con miradas encontradas en puntos distantes y la sensación de alejamiento para terminar con la incomodidad, donde la compañía se convierte en una hostilidad y por tanto en un enemigo; que contra más lejos se encuentre, mucho mejor.
Tanto Juan como Margarita, no son conscientes que ellos pusieron los imames de la atracción, y ellos son capaces de poner los del rechazo, se cubre con mil escusas para manifestar su justificación para estar juntos o separados. Siempre con la decisión de ambos.
La argumentación vale poco, porque siempre se ponen cosas, que analizadas desde fuera, no tienen sujeción suficiente.
Los fantasmas que planean sobre nuestras cabezas, alteran nuestra mente poniendo la palabra miedo sobre nosotros y es cuando se inicia el agarrotamiento, y la deformación de nuestra lógica por reacciones anormales que quieren reafirmar cualquier cosa. Juan y Margarita se han montado.

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