miércoles, 7 de noviembre de 2018

CAMINO DEL DORADO 8




Una nueva manera de ver las cosas se estaba desarrollando y precisamente por personas que venían de fuera de las fronteras, con otras formas de sentir y de estar, antagónicas con las que se les presentaba en Madrid.
El centro donde estaban cada día estaba más saturado y estudiaron la posibilidad de recibir los papeles de residencia aunque no tuvieran la edad. Serían siete personas que se adaptaban a la sociedad con un trabajo social. Miraron la posibilidad de llevarlo a cabo. Y con unos controles tutelares aceptaron la idea. Fue la labor de uno de los educadores el motor de la idea de Mohamed.
Los siete se encontraron dichosos, podrían vivir en una casa y ademas seguir la amistad de grupo. El hecho de abandonar una residencia atestada y muy descuidada, suponía mucho.
Mohamed contaba lo mal que habían pasado desde que abandonaron su tierra y ahora iban logrando espacios no pensados.
El idioma lo fueron superando con creces, la facilidad de sus cerebros adaptables, tenía buena parte del éxito.
Comprendieron que el Dorado no existía pero si su adaptación a un sitio hostil, que por otro lado les facilito una nueva forma de vida.
Sus reuniones les iban acrecentando en ideas de futuro, la pasión por adaptarse había creado nuevas formas de existencia y los siete crearon un camino común.
Las montañas de arena fueron sustituidas por las de edificios y gente con mucha prisa, ellos aun degustaban su juventud y el disfrutar de la comida que ofrecían a las personas con las que convivían, motivo más importante y actores de su nueva forma de vida.
Alguno quería volver para regresar con los suyos, el grupo se deshacia pero los caminos de cada persona son diferentes. Solo tres apostaron por quedarse, afrontar una nueva etapa en la vida.

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