Cuanto
más se acercaba al centro comercial, peor se sentía. Un sentimiento
de culpabilidad entraba en su cabeza. Sin lograr superar una idea
auto implantada con resultado de sentirse mal.
El
día anterior había tenido una discusión con unos amigos, relativa
al consumo. Para ir a comprar, esa contradicción produce una
inestabilidad emocional. Al haber dejado llevar por un impulso
primario.
Juan
se siente decepcionado consigo mismo, pero la dinámica le sigue
llevando a sonde adquirir ese jersey, diana de sus deseos.
En
esa dubitación sus pasos no son firmes sino cortos, buscando un
tiempo de resolución pero no llega.
Cerca
del complejo comercial su cara va notando como fluye la sangre hacía
ella y muestra un rubor exagerado. Penetra en el interior y busca los
servicios donde buscar agua donde lavar la tez encendida. Sus manos
recogen la misma y la suben una y otra vez hacía arriba. Buscaba las
servilletas de papel para ejercer la función de toalla. Poco a poco
va volviendo a la normalidad. Una mirada al espejo donde encuentra la
normalidad y una salida.
A
su paso encuentra a su amiga María, que venía de comprar, la
acompaño a la salida mientras argumentaba que quería ver un jersey
pero ya lo había visto por ello la acompaña fuera.
Descubre
la normalidad y una despedida al tomar diferentes autobuses. Creyó
vencer a su mayor enemigo. Mientras unas respiraciones retoman su
normalidad. Cuando pasó por un escaparate vio el mismo jersey
expuesto en el escaparate. De nuevo el rubor escalo su cara, quería
desaparecer, aumento su paso y bajo la cabeza. El examen tenía que
aprobar no con aprobado sino con una nota superior, símbolo de
triunfo. El andar fue disminuyendo su ritmo y se sentó en un banco.
De nuevo había pasado la prueba sin notable.
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