Juan
explica los “egos” condicionantes a su amigo Andrés. No logran
poner las fronteras de los limites, ambos entienden la facilidad para
caer en ellos y la posterior transformación.
- Creo la dificultad de marcar esas fronteras. Comenta Juan.
- Es cierto te encuentras envuelto sin darte cuenta. Siempre se ve la diferencia entre el bien y el mal, la salud y la enfermedad, blanco y negro etc. Pero es una linea tan sutil en la manera de ver las cosas esta esa frontera, como si estuviera porosa donde partículas pequeñas pueden rebasar hasta llegar a invadir la otra zona convirtiendo en un área ocupada.Frente a ellos un periódico tirado en la acera, mojado por las lluvias nocturnas.
Ese
diario estaba seco pero el agua lo ha reducido a un amasijo húmedo,
como lo que estamos hablando. Absorbe las primeras gotas para ser
ocupado por el charco formado a su alrededor.
- Nuestro pensamiento cree que puede pero al final acaba desbordado y se transforma en otra cosa. Nos cambiamos para ser otra cosa. Con la misma estructura pero desde luego diferentes al estado anterior.
- Pensamos, debido a una evolución pero no siempre es así, sino una disposición, por supuesto inconsciente. De un cambio de vida y lo de ayer deja de ser prioritario para ser secundario o terciario. Dependiente de nuestro estado de animo. Juan mira a una pared y observa como la pintura ha invadido la linea imaginaria. Observa otro ejemplo en esa fachada, indica con el dedo el lugar.
- Por supuesto, el ejemplo es extrapolable y a poco que busquemos encontramos más ejemplos.
- Siempre he pensado lo complicados que somos Andrés.
- Yo creo que somos más simples que rebuscados, Tal vez por esa simpleza la complicamos para diferenciar de los demás.
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