viernes, 16 de marzo de 2018

ME DA IGUAL




Da igual” es una frase atribuida a Juan. Utilizada con mucha frecuencia, produce una manera de pensar de él.
Sus amigos saben que es su seña de identidad, el carnet de su presentación. Saben que no es el compromiso por nada. Resumen de su vida.
En el fondo una continua duda subyace en su respuesta. La poca valentía por afrontar las cosas, con un miedo a equivocarse.
La anécdota más curiosa la represento este lunes cuando fue a comer a un restaurante, había un plato del día con tres primeros y tres segundos. El camarero se lo dijo de viva voz. La respuesta fue “da igual”, el camarero respondió a mi si que me da igual traer una cosa u otra. Contestó lo primero que tenga a mano, a pesar que el pescado ofrecido no era de su gusto. Pero se reafirmó en su respuesta. El camarero volvió a la cocina y anotó lo que le vino en gana. Por supuesto el segundo quedó entero en el plato.
El camarero le dijo no le gustó. La verdad es que no tengo mucho hambre pero terminó con la barra de pan y el postre, solo se ofreció uno o taza de café.
Soló Juan entendió que tiene que implicarse más con sus decisiones, tomó conciencia de no tomar decisiones, le podía traer conflictos no deseados.
Habló con sus amigos para como arreglar el conflicto interno. La respuesta fue unánime, “no tener miedo a equivocarse” esa es la clave.
Juan había escuchado muchas veces ese argumento pero hoy comienza a tener sentido tras la comida en el restaurante. Comenzó a analizar la cantidad de veces que decía su coletilla en forma de frase, definitoria. Y se asustó de lo informado por mucha gente y obviado en su cerebro. La semilla germina.

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