miércoles, 14 de marzo de 2018

LAS PUERTAS DE LA LOCURA





Durante un tiempo, Juan siente haber alimentado un ogro interior. Ese monstruo ha ido creciendo sin sentir. Su cabeza llena de algo no querido, pero se instalo y comienza a tener una autonomía, no deseada.
Juan cree que ha abierto las puertas de la locura, donde deja de tener control sobre sus actos y comienza a realizar algunos no queridos. Quiere buscar en su interior el momento en que traspaso la misma. Pero solo llega al día cuando la avaricia le lleno y se dejó llevar. A partir de ahí, sucesos imprevistos comienzan a cambiar y su ética va rodando por unas escaleras abajo sin control ninguno.
Busca ayuda en psicólogos y seudocientíficos. Pero no encuentra la liberación del bicho interior.
Su manera de pensar va cambiando momento a momento. En esa lucha interior se siente derrotado. El color que visualiza es monocromo: negro.
Al no encontrar solución decide suicidarse.
Un puente será el lugar ideal para llevarlo a cabo. La altura es considerable y en la base unas rocas aseguradoras de su objetivo. Escribe en una carta los motivos de su acción y su impotencia para gestionar su cabeza. Con paso firme va a su objetivo. Sube su pierna para pasar el escalón del pretil y siente el aire fresco aumentado por una racha de viento. Cerca un paseante observa a Juan, apresura sus pasos y cuando está junto a él. Dice
-Todo tiene solución no merece la pena eliminarse.
-Es fácil decir, yo no la he encontrado.
-Pero no quiere decir que no exista.
-Tengo la decisión tomada.
-Por lo menos déjeme unos minutos hablar con usted, luego si quiere toma su decisión.
Juan baja sus piernas y se echa a llorar, se abraza al interlocutor y caminan hacía un parque. Según va hablando va comprendiendo su historia.

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