miércoles, 10 de mayo de 2017

EL VIAJE





Juan y Antonia salen de casa para hacer un viaje. Han preparado minuciosamente el equipaje, aunque siempre se pone algo de más. Van a viajar en autobús, y seis horas les esperan de camino, con dos paradas intermedias para tomar algo o ir al servicio.
Han discutido a la hora de desayunar porque Juan apremia a su mujer para darse prisa. Antonia, siempre cree tenerlo controlado por ello elige sus ritmos.
El incidente hace que el viaje empiece mal, de pésimo humor y caras distanciadas. Miembros alejados y silencio.
Una avería en el metro hace retrasar su llegado prevista. Juan consulta una y otra vez el reloj y menea la cabeza como intentando llevar la razón, en el periodo anterior. Pero Antonia no entra en el juego.
Afortunadamente llegan dos minutos antes de la partida, meten las bolsas en la bodega y entregan los billetes al conductor. Van en la parte de atrás, donde cuatro chicos jóvenes hablan alto e indican la tónica que llevaran en el trayecto. Este suceso hace que se acerquen en su posición de rechazo, pero tampoco consigue sacarles de su mutismo.
Ante el vaivén del trayecto, Antonia apoya su cara en el hombro de Juan, entorna sus ojos e inicia un sueño, acompasado de respiraciones rítmicas y un tanto elevadas.
Juan observa por la ventanilla descubriendo la pantalla de televisión que no tiene, pero se lo imagina.
Los diferentes paisajes se suceden lo que no lleva a la monotonía. La música es la conversación de los jóvenes que rememoran cosas pasadas, como si fueran adultos maduros, evocando situaciones graciosas que por fin trazan una sonrisa en los labios de Juan. Que se ve envuelto en las historias narradas. Al llegar la primera parada despierta a su mujer. Y bajan un tanto entumecidos, pero diferentes caras.

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