-Buenos días, Ana, hacía mucho tiempo que no te veía.
-Buen día, Marta, es verdad que hace mucho no coincidíamos.
-Te noto cansada.
-Es verdad, llevo una temporada
que no levanto cabeza.
-Y eso, que te ocurre.
-Hace un mes tuve un esguince de
muñeca, y recuperarme sufrí, otro de tobillo. He tenido problemas intestinales…
-Pues casi como yo, no he salido
de la regulación temporal de empleo cuando hospitalizan a mi suegra, al perro
le diagnostican un tumor. Sigue hablando sin parar Ana.
-La verdad es que parecen que estuviéramos
pasando pruebas. Responde Marta.
Ana sigue hablando como un
torrente, a pesar que Marta era la que aparecía cansada. Su cabeza busca una
disculpa para dejarla y no seguir recibiendo tanta información negativa. Por fin
encuentra una, tiene que ir al banco a
firmar unos papeles. Ana se encuentra un poco decepcionada porque tiene que
parar su monologo. Pero se despide.
-Bueno desearte una buena
recuperación. Ha ver si nos vemos pronto y charlamos.
-Igualmente Marta, te deseo lo
mismo, a la segunda parte no contesta.
Tras despedirse, nota una
liberación. No había dejado expresarse como estaba, cuando un torrente de
problemas la ha expresado en muy poco tiempo.
Al salir del banco, se encuentra
con otra amiga.
-Buen día Marta, hacía mucho que
no nos veíamos.
-Hola Sara, he estado con
problemas físicos y apenas he salido a la calle
-¿Qué te ha ocurrido?, Marta
detalla lo que la ha ocurrido y contesta.
-¿Cómo se encuentra tu madre? Alo
que sigue una detallada historía de lo acontecido en los últimos cinco años. Marta
cree estar en la misma historia anterior por lo que busca la excusa para salir.
Pero llegando a casa se encuentra
con su vecina, comenzando a contar historias de la comunidad.
-Perdona estoy muy cansada
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.