miércoles, 25 de enero de 2017

TRASPASAR LA PUERTA






Según va pasando el tiempo sientes que entras en la zona sin retorno, donde eres un abuelo. Tu papel se hace más pasivo, no solo tus movimientos se hacen más lentos. Descubres una realidad que no te gustaba, por razones que van desde la inutilidad a la de la molestia.
Observas a personas que están como tu y sientes un alejamiento de ellas, como si tu estuvieras en otro plano, la cabeza va por un sitio y tu cuerpo crea una realidad diferente.
Juan está en este entendimiento, cuando habla con un amigo, mayor que él, y confirma el sentimiento de Juan. Creen estar en otra realidad, la suya y la de los demás, solamente marcando las diferencias te dan la fuerza de seguir en tu propia percepción.
Juan siente esto y le da fuerzas para seguir con su pensamiento, aunque ese sentimiento de rareza, le distorsiona en cierta medida.
La observación de Juan es la de comparación y es donde surge el problema. Realmente tiene distorsionada la realidad, yo y los otros. Esa característica que puede ser una cualidad de la personalidad de cada uno. Entra en conflicto que puede provocar una duda sobre el pensamiento personal de cada uno.
Juan está rebasando una línea imaginaria, irreal, pero que existe en cada uno de nosotros, marcada culturalmente o socialmente. Pero la va descubriendo según pasa una edad cronológica.
De pronto todo es diferente por una acumulación de experiencias, con un resultado de cambio de realidad.
Juan ha traspasado una puerta, sin ser consciente de ello. Pero los resultados los tiene en su manera de pensar, de sentir y por supuesto, de ser.
Ha traspasado la puerta sin ser consciente, pero los efectos si los esta recibiendo. Lo que le hace hacer un nuevo planteamiento de las cosas. Como son.

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