Ana es una mujer que quiere que
le expliquen todo, no realiza el esfuerzo de aprender consigo misma.
Un día se junto con su amigo Juan
que siempre le resuelve muchas de sus dudas. Pero hoy Juan no tiene un buen día
y esta más triste que otras veces, su humor, aunque aparece, no es tan radiante.
Ana no percibe este aspecto por
lo que ella sigue como cualquier otro día, le interesa como resolver sus dudas.
Y comienza a hacer preguntas.
Antes de responder, Juan, la
dice: imagínate, Ana, que me preguntas a que sabe esta manzana. Yo la llevara a
mi boca y diera un mordisco y paladeara la misma, luego la sacara de la boca y
te la diera para que siguieras tú. Eso es una guarrada, Juan, contesta Ana.
Llevas razón pero a veces, me
pides que te de las respuestas mascadas, yo te puedo dar mi opinión pero el
camino lo tienes que hacer tu con tus piernas y con tus recursos, sino estarías
en una situación como la que te ha dicho y me has contestado que eso sería una
guarrada, por tanto la estás rechazando lo que te estoy ofreciendo. No solo me
pides que te indique el camino sino que también, quieres ser acompañada. Lo que
te pido es que te atrevas a equivocarte, a ser fuerte a sentirte una mujer
resolutiva. Solo así estaremos hablando de igual a igual, pero a veces, me he
sentido mas como orientador que como amigo. No te lo tomes a mal ni es un
ataque pero es una reflexión alojada en mi cabeza y debo decírtela por tu bien.
Ana se da cuenta de la reflexión
de su amigo y contesta dándole las gracias, pero es su inseguridad, por la que
actua de esta manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.