Hay muchas veces que nos sentimos
atados, si analizamos la realidad podemos ver que es un sentimiento que
nosotros creamos. Pero que justificamos con mil y un argumentos para no
sentirnos responsables de nuestras acciones, como yo me encuentro en una
situación irregular o anormal, lo que ocurra no es culpa mía. Ocurre como los
niños en la escuela que arrojan la culpa al resto de compañeros para no tener
que asumir la responsabilidad de un acto del que somos autores, se busca a los
más débiles para endosarles la autoría.
Ese sentimiento de inmovilismo
justifica nuestro no hacer, por ello no soy culpable. Sin embargo procedo a
quejarme de mi vida tan injusta, mientras, otros corren, saltan y bailan, yo
permanezco amordazado, con piernas y
brazos, impedidos de movimiento.
Cuando comprendemos que la
realidad, la creamos nosotros, no es una cosa que viene de fuera. Es encontrar
flores en un basurero, si somos tenaces las hayamos y disfrutamos de su visión.
Con ello, pretendo decir, que las ataduras solo son mentales, con un autor muy
claro, cada uno de nosotros. Y hasta en las condiciones más adversas nosotros
somos quien cambia nuestra percepción de las cosas y transformar un basurero en
un jardín y solo es cuestión de buscar, es la única manera de hallar.
Es más fácil decir que nos han
atado, para sentirnos como el elefantito que de pequeño se le encadeno a una
estaca y según crece, su fuerza aumenta pero su creencia es que no puede, por
tanto ni intenta levantar ese clavo sujeto a una cadena a su pata. Comprendió
una realidad y no sabe que es capaz de superar un montón de situaciones, porque
su fuerza e inteligencia son mayores hoy, a cuando era un bebe y a penas podía
superar su atadura.
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