Silvia se siente muy cansada, hay
circunstancias en la vida que le llevan a un agotamiento físico y mental, que
la dejan muy mermada.
Supero una separación con su
marido, alcohólico, que emprendieron una vida juntos con pocos años.
Como los miembros femeninos de su
familia padecen de tiroides, con la relación de no haber expresado lo que sentía
y esas palabras se enquistaban en su cuello, con el consiguiente desarreglo
hormonal.
Cuando parece que va encarrilando
su vida, su hija decide, con veintitrés años, hacer su propia vida. Se le
desata la tormenta en su cabeza, como su hija con problemas de ansiedad, va a
conducir su propia vida. Su pensamiento es que no esta preparada. Ella también
paso por crisis de ansiedad, pero felizmente las supero.
Tiene comportamientos de pasar
por encima de las normas de circulación, lo cual le acarrea un buen numero de
sanciones, que van mermando la nomina que recibe por su trabajo.
Lo realmente curioso en Silvia es
que va haciendo patrones familiares y ahora los ve reflejado en su hija, por
eso viene el comportamiento sobré protector, con la carga que representa para
cualquier persona, ocuparse de su vida y la de los demás, por muy cercano que
sean, como es el caso de los hijos.
Lo importante es que ha entendido
su vida y las cosas que le han ido sucediendo, por ello, siempre será más fácil
superarlo.
Fue gracias a su amigo Juan con
el que relaciono sus pensamientos con sus debilidades físicas.
Cuando lo entendió, la vida la
afronta de otra manera y la decisión de su hija es el motivo de apoyo hacía si
misma, por haber llegado a donde ha llegado y sentirse realizada, por ello
capaz de decidir, la orientación que quiere para si misma. Todo cambia.
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