miércoles, 26 de octubre de 2016

LA MAQUINA DE MONEDAS




Empezó con una maquina en un bar, a echar monedas con tan buena fortuna que multiplico por cien su inversión. Ahí comenzó su declive, al obtener un dinero fácil, es sencillo sentirse en una persona con suerte. De allí fue a una casa de apuestas, con un resultado desalentador, perdió todo lo que había ganado el día anterior. La solución seguir para adelante por tanto tiene que recuperar el dinero invertido, la emoción por ganar se pierde y se convierte en una obligación donde tiene que seguir. De momento es como si todo el mundo desapareciese y solo existe recuperar el dinero gastado. La razón de la lógica desaparece. Los golpes de suerte desaparecen con la misma velocidad que aparecieron, el dinero es efímero casi inmaterial, intentando comprar algo que se llama felicidad y sin embargo no se puede poner precio a una sensación. Pensando que teniendo más cosas coges un pedazo de esa sensación y sin embargo te encuentras lleno de muebles, en la calle y no puedes guardarlos.
Se empieza a perder valor a las cosas, todo te da igual y comienzas un viaje a ninguna parte, con lo que conlleva a tu personalidad, esa pérdida de valor, no de materia, te hace ser pluma, que es zarandeada por capricho del aire reinante, para terminar junto a una alcantarilla y hasta, si llueve, terminar dentro de ella. Juan se siente de esta manera, comenzando el descenso hacía el interior de la cloaca que todo lo envuelve y normaliza.

Realmente fueron esas monedas las causantes de su situación actual, o hay aspectos que le han llevado a esa sensación de hundimiento. Las casualidades no existen, por ello, Juan, tiene que releer su propia vida para encontrar cual es el motivo conductor a su presente. Para superar la caída iniciada.

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