A los viejos nadie los quiere
cuidar, de ser útiles se convierten en trastos que solo saben molestar, incluso
no se adaptan a los nuevos tiempos y piensan que su experiencia puede ayudar a
resolver cosas, sin darse cuenta que todo ha cambiado tanto, como ser un mundo
totalmente diferente. Sin ahondar que todo sigue siendo igual, salvo los
decorados. La naturaleza es la misma, salvo los desmanes producidos por el
hombre. Y el pensamiento del hombre sigue siendo el mismo. Solo ha cambiado la
velocidad para todo, los ancianos no pueden moverse tan deprisa, por tanto,
quedan atrás. Pasan a ser una carga, mejor juntar en un edificio y
justificar nuestras mentes para que no sufran y tengan sentimientos de culpa. Una
vez en el garaje toca esperar su muerte, es ley de vida, y hasta conseguir lo
poco que tenían.
Curioso el comportamiento con los
bebes, se convierten en lo mismo pero con la diferencia que unos son parte del
pasado y los otros el futuro. Unos son como el antiguo coche y otros la nueva
creación del futuro por tanto se juega a la esperanza, lo otro se pasa a la
sección trastos viejos. Algún país acepta la eutanasia en casos de personas
mayores no solo enfermos terminales, con lo cual facilitan que nos convenzamos,
llegados la edad, que somos un estorbo y que ya no podemos adaptarnos a los
nuevos tiempos por lo tanto sobramos, no hay nada como generar una necesidad. Son
los principios del consumo, necesitar algo que no tenemos y genera una calidad
de vida mejor. Las personas mayores asumen el papel presentado y solo tienen
que tomar el camino del matadero. Donde nos libran de una carga a nivel social,
de atenciones y gastos que se genera.
Difícil entender la nueva
filosofía.
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