EL TRANSPORTE

-      -Creo, que ayer anunciaron que hoy hará mal tiempo.

-   -   Siempre están con los frentes fríos, las borrascas y luego nada. Tanto satélite y tanto estudio y a última hora surge un anticiclón de la nada.

-    -  Por si acaso me abrigo.

-   -   Haz lo que quieras yo salgo con lo que yo creo que hace hoy.

-      -Nos vemos.

Así se despiden Juan y María, esperando verse por la noche una vez finalizado sus trabajos. El estado del tiempo ha sido su conversación de despedida. Se diluyen en el transporte público y escuchan conversaciones parecidas a la que han tenido. Entre apreturas suena el teléfono móvil de algún viajero, mientras otros tantos tienen el mismo entre las manos, haciendo cualquier cosa pero  están ocupados, entre revisión de mensajes y enviar nuevos, para indicar que están activos. Alguna cara muestra una mueca de sonrisa, que desaparece con la misma intensidad que ha aparecido.

Las estaciones van vaciando y llenando de nuevas personas, pero de actitudes similares. Es como buscar el aislamiento para estar comunicados, cosa altamente difícil de conjugar. Reunión de personas para estar más aislados. Preocupación por los demás o explicar como uno se encuentra precisamente para obviar a todas aquellas personas que están junto a ti.

Quizás el tiempo traiga chaparrones u oleadas de viento pero las cosas establecidas difícilmente van a salir de su sitio.

María y Juan también mandaran sus mensajes para luego no tener que decirlos, en los pocos momentos que están juntos. El dialogo será sustituido por realizar otras actividades. El nuevo día llegara y se volverá a preguntar por las previsiones del tiempo, lo mal que lo hacen los políticos o cualquier tema que no tocara la fibra sensible de cada uno. Todo menos vernos esos grandes desconocidos. Dentro de la pecera.