Juan
comentaba a su amigo Miguel si las cosas son como nos dicen o siempre
existe otra realidad. Miguel estaba de acuerdo, pero reconocía que
la critica era extrapolable a cualquier circunstancia de la vida. Con
lo cual podía surgir uno de los mayores miedos “el de la duda”.
Juan reconocido que era un gran sentimiento limitante. Pero, notaba,
que cuando se observaba la construcción de una ciudad, parecía todo
delineado con precisión, avenidas, tuberías, canalizaciones, etc.
Pero la realidad es otra bajo esa delineación se esconden un gran
numero de circunstancias diferentes. Han surgido sentimientos
especuladores, avaricias. Al final el teatro parece muy bien montado
pero nada es como nos lo dicen, sino una justificación para que la
obra se represente con normalidad, sin descubrir los entresijos del
mensaje y del desarrollo. Miguel mira fijo a los ojos de Juan. Cree
entender lo que quiere decir pero no entiende el mensaje
desestabilizador que llevan sus palabras. Juan hace hincapié del
defecto de juzgar que padecen los humanos sin apreciar un montón de
circunstancias que rodean a los mismos.
Miguel
contestó que el hombre no busca complicaciones que en un marco
tranquilo, acepta lo que existe y ya está. El otro pensamiento
significa hacer mas cuestionable cualquier situación.
Juan
afirma que tal vez sea así y por eso la manera de comportamiento de
las personas, al ser mejor estar recostado al levantar y buscar o
hacer otras cosas, eso significa gasto de energía y descanso.
Palabra mágica que se emplea en la publicidad para vender cualquier
cosa.
Miguel
fue más allá, buscando en la critica general, como un modo de
descarga de conciencia general, para comentar en realidad no somos
tan diferentes unas personas de otras, aunque queramos ver las
diferencias entre tantos millones de personas, existe un
comportamiento predecible.
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