viernes, 17 de agosto de 2018

EL BOCADILLO DE LA COMIDA




Juan suele llevarse un bocadillo que comía en el parque a la hora de la comida, salvo cuando hace mal tiempo que lo hace en la cocina de la oficina. Pero le gusta salir y ver cosas diferentes al ordenador y a los diferentes papeles que tiene que clasificar y responder. Otros compañeros comen allí o en un restaurante que tienen un menú ajustado de precio. Un banco vació o apoyar la espalda en uno de los diferentes árboles. Durante esa hora suele llamar a amigos o hasta leer unos párrafos del libro que nunca se termina. Esa hora que parte su jornada laboral, la tiene como imprescindible y liberadora de un ritmo monótono.
Su trabajo lo sentía como un plan económico, trataba de hacerlo lo mejor posible pero no llenaba su vida. Disputas con sus compañeros le hizo separar de ellos. Les llego a ver grises, que no le aportaban nada especial. Por ello solo mantenía una relación laboral.
Todo llevo a una incertidumbre sobre que estaba haciendo en su vida, no se sentía autor de su vida solo actor en una obra que ni le iba ni le venía. La empresa decidió hacer horario seguido durante los meses del verano. Esto le dio tiempo de reflexión sobre que hacer. Como no encontraba salida busco ayuda psicológica que le abriera nuevas perspectivas de vida. En esa búsqueda, le fue fácil saber lo que no quería pero también se abrieron nuevos caminos por recorrer.
Cuando pensaba en ese bocadillo que engullía a la hora de la comida, se dio cuenta que no era la forma de seguir mucho tiempo. Vio la necesidad de sentarse en una mesa y comer alimentos más elaborados. Lo siguiente era hablar con la empresa para salir de su relación laboral y buscar mesa para comer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por participar en este blog.