miércoles, 8 de agosto de 2018

DIFICULTAD DE APRENDIZAJE




Juana, con su hijo Felipe, tomaron el autobús para ir al psicólogo, el hijo preguntaba porque tenían que ir, el no quería. Juana apuntaba que era bueno para él asistir a la consulta. Felipe ponía mil trabas, para no acudir, hasta que le dijo: eres terco como una mula. Felipe expreso que no era una mula. Juana le contesto que era una manera de hablar, no siempre las cosas eran en un sentido literal. Ya sé, fue su respuesta pero en el fondo la ambigüedad del lenguaje le llevaba a confusión pues no lograba encontrar el punto donde las cosas eran reales e irreales. Esa dualidad es la que le había llegado a la consulta del especialista.
Felipe se sentía que no entendía las cosas nuevas por ello dejo de poner interés en el aprendizaje de la escuela. Juana era una emigrante que llego desde Perú. Sus dos hijos habían nacido en el país de acogida, pero nunca había perdido sus costumbres como forma de identidad y defensa personal. Sus hijos habían sido criados en la relación de las dos culturas. Su padre trabajaba de albañil en cualquier obra o reforma, lo que le mantenía apartado muchas horas de su hogar. Juana trabajaba en el servicio domestico de varias casas. El peso de la educación de los hijos la llevaba ella, así como la casa. Sus valores eran prioritarios sobre todas las cosas. Felipe a sus siete años ha sido un chaval muy maduro pero estaba en la edad critica de su edad su hermano contaba tres años menos, que le quito el reinado de la casa. A partir de entonces se empezaron a encontrar signos de su comportamiento y su dificultad a seguir el aprendizaje normal de sus compañeros. Se pensó en los celos, busco, Juana, la ayuda exterior.

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