Una persona elige que su destino es ayudar a los
demás, por ello elige la carrera de político. Siempre ha tenido en
su cabeza, mejorar las condiciones de vida de las demás personas.
Cree que como está la situación actual las cosas hay que
mejorarlas, para ello hay que hacerlo desde dentro.
Sus ideas, piensa, que son claras y, por supuesto,
no están equivocadas. Lo que el tiene en su cabeza es la claridad de
cómo hacer las cosas. Cuando entra en las reuniones de partido, se
da cuenta de las diferencias entre unos y otros. Cosa anormal, pues
son coincidentes, en el sentido, de donde ir.
Piensa que solo son matices, pero según va
asistiendo a reuniones de su partido, se da cuenta que realmente lo
está. Donde se prima los intereses personales a los sociales. Esto
le entra en contradicción consigo mismo y a la vez un
distanciamiento con sus compañeros.
Esta persona comienza a enfriar sus ilusiones y se
siente defraudado, con lo cual sale del mismo y comienza a formar uno
nuevo, donde sus ideas sean las bases del mismo.
El fracaso es absoluto y una perdida económica
importante. Sin seguidores entra en depresión, contra todos. No
encuentra su espacio. La desvalorización surge como la humedad en
una pared, cada día va avanzando mucho más.
Comienza a negar casi todo, las pastillas comienzan
a aparecer en su vida y una nueva dependencia nubla el futuro. Lejos
quedan los intereses por los demás cuando ha encontrado los
personales que no debía haber olvidado.
La televisión y la prensa son olvidadas en su
espacio personal, necesita tiempo para reconstruir una imagen que
desapareció con la misma fuerza que fue erigida. La realidad queda
desfigurada por la química con resultado de aturdimiento. Surge una
alergia personal en continuo crecimiento.
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