Juan
ha sido siempre la eterna duda paseante. Cuando eso se lleva a una
persona meticulosa y ordenada, el resultado es un autentico desastre.
Si
observamos su comportamiento se traduce en todas las situaciones
normales de la vida personal.
Hoy
se ha levantado temprano, como todos los días, al terminar su aseo
ha dudado si darse un after shave o una crema de áloe vera. Al salir
siempre vuelve por la inseguridad si ha cerrado la puerta, al llegar
a las escaleras mecánicas del suburbano, duda si ha colocado bien
los pies para no quedar fuera de las limitaciones. Lo que a cualquier
persona le crearía un conflicto el se ha acostumbrado como su forma
de vida. Los comentarios sobre sus acciones no llegan a molestarle,
incluso, a veces, lleva razón pero cada vez que ésto ocurre es una
entre cien. Pero a él le retroalimenta y le genera estar en el buen
camino, por ello solo le importa la opinión de la persona que quiere
a los demás le da igual.
Vive
solo, ha sido difícil adaptarse a su forma de ser, sus relaciones
han sido cortas, pero ha adaptado que es un hombre particular y por
tanto no entiende que tenga que gustar a todo el mundo. Su forma de
ser se ha ido fortaleciendo día a día.
Curioso
que las dudas hayan creado la solidez de la seguridad ha sabido dar
un giro de timón, para trasformar su manera de ser. Contrasentido
que no deja indiferente a los observadores que siguen su trayectoria.
Da que pensar como se puede cambiar contrarios.
Juan
llega a momentos en los que se reinventa, para fundamentarse en su
manera de ser de actuar, da igual los cimientos que tenga, él lo
siente como solido y por tanto le vale, siendo excelente.
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