domingo, 13 de mayo de 2018

EL CAMINO TRUNCADO




El camino iba creando nuevas dificultades según la superficie, cambia a pendiente y lleva por zonas donde bajan arroyos en días de tormenta. Eso no impedía que su mirada fuera de derecha a izquierda guardando pequeños detalles que le situaban en otro lugar, diferente del día a día. Los minimos prados iban dejando lugar a arboledas que custodiaban su sendero. Algunas vallas separaban las diferentes fincas, para que el ganado estuviera agrupado. Los ojos, descubridores tenían que registrar diferentes secuencias, como si quisieran llenar sus archivos. Las primeras gotas de sudor aparecen en su cara y en la espalda, donde llevaba la mochila. Juan hace un alto para ver lo recorrido y por donde iba a seguir. Bebe el agua de su botella, mientras espera a su compañera, con paso más corto. El sonido se acompañaba de trinos de pájaros. Entre las rocas un sonido anormal lleva la atención de los caminantes, hacía allí. Un quejido alarma, una muchacha atrapada entre unas rocas es el origen. Su mochila está mas abajo. Semiconsciente apenas abre los ojos. La dan de beber agua. Para preguntarla como se encuentra. Poco a poco se repone, mientras Juan accedió a la parte de abajo para poder empujar a la pierna para liberarla, mientras María la sujetaba. Con muecas de dolor la colocaron sobre unas losas.
Una llamada a emergencias fue el siguiente paso. El camino llegó a su fin. Poco a poco recobro su conciencia y explico que llevaba desde el día anterior atrapada, su mochila se le escurrió y no pudo coger ni agua ni ropa ni comida.
Le dieron lo que llevaban mientras esperaban la ayuda. La pierna estaba fracturada y los dolores llegaban cada poco. Aun a pesar de la situación, lograron tener un clima de tranquilidad, incluso lograron sacarla alguna sonrisa.

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