miércoles, 11 de abril de 2018

OTRO PLANO




Abro mis ojos y me encuentro tumbado en la cuneta de una carretera, la ceja derecha manando sangre, mis rodillas doloridas y llenas de arañazos. ¿Qué me ha ocurrido? No recuerdo nada.
Mi bicicleta con la rueda delantera doblada. ¿donde estoy?
No consigo recordar nada. Los coches pasan en su marcha natural. Nadie detiene su coche.
No recuerdo nada.
Está atardeciendo.
¿Hacía donde ir? ¿De donde vengo? Demasiadas preguntas.
Unos motoristas de la policía paran sus motos.
Me vuelven a preguntar lo mismo que yo me preguntaba. Uno de ellos tiene conocimientos médicos y con la linterna de su teléfono móvil, mira mis pupilas, están dilatadas dice a su compañero.
Hay que pedir una ambulancia urgente.
Mi cabeza se refugia en un sueño. En él, me veo por encima de mi cuerpo caído, mientras trato de irme de allí, pero algo me retiene, no me deja abandonar el campo donde estoy tendido. Observo la llegada de una ambulancia mientras oigo los comentarios de quien me han encontrado, hablando del batacazo que me he llevado y de las huellas de frenada marcadas en el asfalto. Vuelvo a mi cuerpo y respiro con agitación.
Montado en una camilla, miran mis constantes, piden por radio prioridad al hospital cercano. Todo va muy deprisa, se acumulan imagines en mi mente, confusión y multitud de fotogramas en diferentes periodos de mi vida, suceden con intermitencia
Los policías buscan mi identificación pero sin documentos. Mi somnolencia se acrecienta y vuelvo a salir de mi cuerpo. Me observo fuera de mi. También veo una ambulancia allí abajo, con las personas agolpadas en torno a mi cuerpo. Pero cada vez subo más arriba. Abandono mi realidad y paso a otra. Tengo la sensación de estar en una nueva película, espectador pero sin sensación corporal. Salgo a otro plano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por participar en este blog.