La
posesión ha significado poder. Por ello, la constante es poseer, si
doy a otras personas, cualquier persona, significa una merma en
nuestras posesiones, ignorando a quien necesita. Todas estas ideas
han impregnado a todas las personas que componen la sociedad. En
algunos se ha convertido en un dogma, sentencia de nuestra razón de
vida.
La
historia ha marcado esta manera de pensar y lo único por hacer es
seguir la senda del camino marcado. Si alguien optara por desviar
quedara perdido, accidentado u olvidado. En una sociedad es difícil
salir, la unión de personas han determinado la actuación en cada
tiempo. La marginalidad quedara como anecdotica o simplemente
colorista en un un mundo bicolor.
Los
payasos fuera del circo representan un acto marginal.
La
opción es acumular cosas, sobre todo que no abulten demasiado, para
que no puedan ser trasladadas en caso de catástrofe. El dinero ha
facilitado estás operaciones pero también es importante aparentar,
como testimonio de poder.
Las
nuevas tecnologías han facilitado las transacciones, no es necesario
transportar grandes cantidades de dinero, una tarjeta o claves en
Internet producen las mismas. Sin necesidad de poder ser robado en
persona, con los consiguientes riesgos físicos.
La
analogía lleva a presentar al poder con la posesión. Por ello es
necesario obtener cualquier apariencia personal con las mejores
prendas, coches, casas, restaurantes, acontecimientos culturales para
estar ahí. De esa manera destacada como si una tarima te elevara del
resto de mortales. Tu objetivo de poseer más ego se cumple y nos da
una tranquilidad que, creemos, no hemos tenido, por tanto la damos la
bienvenida y la adoramos frente al resto de personas, como de un
altar fuera.
Desde
fuera puede parecer ridículo. Pero es un bien ansiado y por ello un
objetivo personal. Curiosidades aparecidas en nuestra vida diaria.
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