La
ola alojo en su creta un trozo de madera depositando en la arena de
la playa. Es una madera vieja, de esas que ha perdido la materia por
tanto tiempo pasado. Junto a ella pasa una gaviota con su rápido
paso, pero no repara en ella.
Con
la baja mar queda expuesta al sol y al paso de caminantes, unos
agujeros muestran el deterioro.
Hace
mucho tiempo formo parte de un árbol, orgulloso de su talla y
mirando por encima de las plantas circundantes, en un tiempo
similares de tamaño, hasta que la energía del mismo, la elevaba y
creo un nuevo espacio determinado por su sombra, ahogaba a quien
busca la luz con desesperación.
Fue
parte de un taco de madera que formaba la puerta de un barco, hasta
desprenderse de su lugar y ser tirada al mar, alojando durante este
tiempo. suficiente para modificar su estructura y llenar de sal.
Mirado
como una basura devuelta del interior marino. Espera un nuevo
alojamiento.
Al
ser de mañana unos operarios de limpieza van llenando sus bolsas de
saco, con los desperdicios encontrados. También le llega el turno al
trozo de madera. Ahora se aloja en un bolsa de plástico negro y
dejada en un punto donde un camión las ira recogiendo. Su vida
inicia un nuevo destino, siempre incierto, como puede ser un
basurero.
Allí
es mar de agua es sustituido por un mar de basuras diversas, donde se
realizara una nueva selección donde su futuro se vera abocado a
perecer en una hoguera, sus cenizas las dispersara el viento donde
parte de su alma seguirá su viaje a través del nuevo medio. Nunca
pensó que de la estabilidad fuera en diferentes viajes y sus
diferentes formas que no recuerdan su estructura primaria, compuesta
de lignina, con capacidad solida.
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