Juan se caso con Ana hace quince años. Ella es una mujer muy
atractiva, por donde ella pasa deja huella.
Juan es más mediocre, es una
persona anodina. Pero encontró en Ana lo que por el mismo no podía conseguir. Su
proyecto de vida se ha ligado a su mujer, se siente muy agradecido pues ha llenado
su vida, por tanto estar junto es la manera de brillar y despertar cierta
envidia.
Como cualquier persona, tiene sus
altibajos, pero es capaz de solucionarlos, sin problemas. Juan admira está
habilidad que el siente no poseer. Su pensamiento es que cuanto más luzca Ana, él
lo hará de igual manera. Y ha dilapidado mucho dinero en joyas y vestidos.
Aunque su economía se resienta.
No han conseguido tener hijos, pero
es un objetivo que paso a tercer o cuarto nivel, por ello dejo de tener
importancia. Juan pensaba que un vástago competiría con su propia persona y
volvería a encontrarse en la mediocridad, de la que pensó haber salido. Por
ello no es un tema para retomar.
La naturalidad, espontánea, de
Ana la llevaba a situaciones embarazosas con su marido, pero tiene la habilidad
de salir de todas ellas. Con lo que la tranquilidad, llega una y otra vez a la
mente de Juan.
La boda represento en Juan una
conquista, un tesoro del que no puede desprenderse. Pero igual que ella iba
mejorando, mentalmente y físicamente, él retrocedía y se conformaba con ser su
sombra, por ello, nunca luce y se conforma con ser el rasgo de la proyección.
Juan era consciente de ello pero
dejó de ser protagonista a ser actor terciario, por ser el marido de Ana. El
circulo, ha creído tenerle cerrado y eso desencadena su estado actual, donde un
conformismo le lleva a un letargo enquilosante angustioso.
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