Alicia
es una mujer menuda, es decir mas baja que la estatura media. No le
supone ningún trauma porque sabe moverse en todos los lados una
presteza y agilidad que la llegan a comparar con una anguila. Por
cualquier sitio se mete y sabe salir, sin importarle el terreno donde
está. Es una virtud que sabe aprovechar y enseñar a sus conocidos,
cuando le hacen referencia a su característica. Donde hay muralla
ella encuentra huecos y sabe salir airosa, casi sin despeinarse.
Esa
flexibilidad la lleva a que imparte seminarios sobre el arte de la
misma.
Acuden
muchas personas, para compensar lo que la vida marca una y otra vez.
Esa habilidad, le lleva a saber comunicar sus concepciones sobre la
vida. Van mas allá, de una simple idea.
Alicia
tiene las ideas muy claras, se presenta como un faro de luz, donde
reina la penumbra. Pero no porque ella se denomine como tal, sino por
el énfasis que da a las cosas.
En
uno de los últimos seminarios, se encontró con gente hostil, con la
idea de sabotearla. Pero ella logro desmontar los argumentos que le
daban para ser herramienta con la que construir.
La
gente salió tan entusiasmada que el final se prolongo varias horas
después, en una cafetería cercana, donde siguió poniendo ejemplos
para la mejor comprensión de sus ideas.
Alguien
le sugirió que escribiera un libro, pero Alicia, declina el
protagonismo, entendiendo que lo mas importante de sus seminarios no
es lo que ella fuera a decir, sino precisamente, los mas importantes
son las personas que acuden a ellos. Con esta idea se produce un
cambio que no llena el ego de superioridades. Su corta estatura se
llena de una luz blanca, poderosa y clarificadora.
Siempre
termina dando importancia que tenemos en nuestra manera de pensar.
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