martes, 3 de julio de 2018

FUEGO AMIGO




Juan leyó el periódico, como cada mañana. Una noticia política hablaba sobre: “fuego amigo”. Le dio que pensar sobre la amistad o la similitud de ideas. También en que el mayor enemigo puede ser tu propio amigo. La reflexión llevó a pensar sobre la traición y hacer una interpretación de ella. Juan sabía que cada persona es diferente de las otras, existen muchas variables para que esto ocurra de esta manera, pero lo no aceptado era que de la misma corriente de pensamiento se pueda derivar en otros ramales diferentes. Esta no aceptación conllevaba a un desasosiego interior, difícil de reestructurar.
Los daños colaterales de cualquier enfrentamiento, no solo bélico, llevan a unos sucesos no deseados, Juan conocía está realidad, siempre difícil de reconocer.
Pensó en amigos con los que había tenido relación, por circunstancias se rompió la misma y su cabeza buscaba la relación con la frase encontrada en el diario.
Paró su lectura y su mirada se fijó en un punto indeterminado donde reflexionar sobre la cadena de pensamientos que se había formado. El día se había abierto esplendido, pero la lectura había abstraído de su tiempo y espacio corporal para sacar del espacio. Lejos en otra dimensión donde tener un espacio especifico. Donde un solo fantasma habitaba “la traición”, pero un medio tan ambiguo y abstracto, formaba escenas pero era una realidad virtual. Difícil objetivar en su delirio, donde el pensamiento se había adueñado de todo, olvidando las otras realidades.
Juan estaba pálido, los latidos de su corazón habían tomado el ritmo de una carrera de velocidad.
Pacía como si hubiera atravesado una cortina donde todo es nuevo con imágenes del pasado. Un sudor frio comienzó a emanar de su cuerpo. Como si las balas del fuego amigo, hubieran atravesado sus poros, dejando salida al liquido corporal.

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