martes, 30 de junio de 2015

EL PASO DEL TIEMPO



Los escalones tienen la misma altura pero parece, que con el paso de los días, van aumentando de tamaño. Por ello toca flexionar mas las rodillas y extender más las piernas. No hace mucho, o quizás si, subía las mismas de dos en dos o en el tramo final de tres en tres.
La voluntad se fue encogiendo y la calle es esquivada, salvo para hacer la compra. Pero ahora ha descubierto que lo puede hacer por teléfono, lo cual hace que las salidas se espacien aun mas. Incluso, cuando necesita sacar dinero, le confía su tarjeta del banco con su clave a una vecina joven que se ha ofrecido ayudar en lo que se pueda.
Ha perdido la seguridad de andar sin sujetarse, ahora, hasta en casa se ayuda del viejo bastón heredado.
La vista recibe la visita del visillo, lo cual le hace evitar la televisión. La radio le acompaña, pero también ha notado que tiene que elevar el volumen.
Los jueves recibe la visita de una mujer ecuatoriana que durante tres horas intenta limpiar y dejar la casa mas útil, durante una semana. Al final consigue que se quede a comer con él, así cambia la monotonía de su alimentación y comparte su soledad. A la vez que ayuda para que la otra persona se ahorre la comida y pueda llegar a la otra casa que atiende otras tres horas por la tarde.
Su vecina le propone que adopte un perro pequeño para poder salir durante dos horas para que haga sus necesidades.
“huy hija, apenas puedo conmigo mismo, como para hacerme cargo de un animalito” es su respuesta.

El circulo se va cerrando y el origen parece que se va aproximando. Apenas duerme pero duerme con demasiada frecuencia. Queda lejos cuando subía de dos en dos.

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