La
capacidad de imposición de nuestras ideas es tan fuerte, que
anulamos la visión de que la otra u otras personas, están delante
nuestro, fijamos el objetivo e invalidamos nuestros principios, y
nuestro respeto a los demás. Es la aplicación de la norma “el fin
justifica los medios” de está manera ya haremos que nuestra
conducta sea acorde a nuestros movimientos. La reflexión queda
arrinconada en un extremo. A lo mejor nos damos cuenta de nuestra
irracionalidad, siempre a posterior y entonces, algunas veces, se
pide perdón. Pero las mínimas porque sino creemos ser débiles y
perdemos el control de nuestra vida, tenemos esa sensación, con la
cual no podemos vivir.
Curiosas
maneras de entender la vida desde filtros, que colocamos nosotros, no
son impuestas, las adaptamos como una manera de ser nuestra.
Nuestra
individualidad se hace social y aceptamos los roles que la sociedad
nos marca, olvidando que somos parte de la misma y tenemos la
capacidad de cambiarla, simplemente con el ejemplo sin tener que
llegar a la imposición. Pensamos que solo somos una gota en el
océano por ello es mejor llevarse, realmente es lo más fácil, pero
desde luego no lo mejor. Por la coherencia interna, encontrarte a
gusto contigo mismo, ese es el gran objetivo. El levantar los ojos y
ver belleza hasta en los sitios más deteriorados, siempre tenemos
ese poder de cambiar la percepción de las cosas, quizás sea el
único y encima lo desaprovechamos.
Claro
que cuando hablamos influimos, pero depende la manera, de hacerlo,
logramos diferentes objetivos sin tener que llegar a confrontaciones,
sin la necesidad de conquistar, para sentirnos más ricos, con mejor
poder.
La
vida es una reflexión continua, donde encontramos las mejores
maneras de ser. Solamente esta en nuestras manos encontrar la forma
de llevarla a cabo, hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en este blog.